sábado

Una familia disfuncional.

Me siento presa en mi propia casa, mis hermanos se pelean unos con otros.

Yo he preferido no hablar, me da miedo sugerir, me da miedo opinar y que me 
manden a callar. 

Hay alguien que domina mi casa mientras mi madre esta muy enferma, esta rota, llora y a veces sangra de muchas partes de su anatomía. 

Esas personas extrañas dicen que mamá esta bien que hay alguien que la esta manipulando. 

Trato de dormir y los gritos de un lado a otro me aturden.

Unos se culpan con otros y las personas que dicen cuidarnos nunca se ponen de acuerdo y pienso que me mienten.

Veo la agonía de mi madre pronunciarse más, llora sin explicarme qué pasa, intente defender a mi madre en varias oportunidades… Como siempre, me callaron. 

Hay hermanos que no viven conmigo, tengo hermanos que son callados por nuestros tutores, conozco a muchos que lloran de desesperación, yo lo he hecho.

No sé quedarme callada, estoy apunto de no saber, sufro de apnea de sueño, si en algún momento no estoy de acuerdo recibo puñaladas en la moral. 

Tengo tantas heridas que no sé que forma tenía mi conciencia antes de conocer la discordia.

Me estoy quedando sola, el silencio se empieza a prolongar cuando todos quieren cambiar su dirección.

Mi madre sigue agonizando mientras yo trato de leer sus señales. 

Alguien susurro a mis espaldas “Venezuela se esta muriendo”.

Sentí correr un frió por mi espalda y mis ojos dejaron escapar una lagrima que gritaba lo que no puedo decir. 

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