Se me fue el
alma en las tinieblas del dolor
Omito el sueño
que me produce el sonido de tu voz
Y la indecencia
que cae de tu ropa cada vez que te desprendes de ella
No conozco el
placer, ni conozco el deseo
En su lugar me
presentas el trofeo de tu sexo
Que ganas de
dejar de respirar cuando tu sombra veo.
Me duele abrir los ojos
Yo me quería ir, juro que quería
salir
Y lo hice, hoy la tierra que ponen
sobre mi no es simbólica
Todo es oscuro, solo escucho el
lamento de una vieja amiga
“¿Por qué no hablo?” Porque le dio
una rosa por cada herida.
Tan blanca como la nieve
Me vuelto oscura, con sombras color
gris y púrpura
Todos descartan que me favorezcan
pero no preguntan si duele
Que pena y que dolor callaba
Ya esconderlo, ya mentir no podía
Ya gritar no quería y ya llorar me
dolía.
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Un pedazo de tela entra mis labios
Ahí reposaban mis miedos
En la cinta de mis manos estaba mis
deseos
Y en la braga que cayo al piso estaba mi pudor
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